En la casa de mis sueños no puede faltar una mecedora… ¡o unas cuantas! Unos amigos de mis padres tienen una comodísima, con varios cojines super blanditos, y recuerdo que cuando era pequeña pasaba horas y horas meciéndome mientras veía...
En la casa de mis sueños no puede faltar una mecedora… ¡o unas cuantas! Unos amigos de mis padres tienen una comodísima, con varios cojines super blanditos, y recuerdo que cuando era pequeña pasaba horas y horas meciéndome mientras veía...