Este verano me mudé a un piso antiguo, muy malamente amueblado y decorado. Aunque he ido poco a poco dándole mi toque —como hice con este mueble de televisión que pinté de rosa—, todavía me queda mucho por hacer.
Uno de los últimos cambios que he hecho es camuflar el sofá naranja de estampado imposible que tengo en el salón. Para ello, cubrí la parte superior —la más fea— con una tela lisa y puse un cojín estampado para desviar la atención. La tela del cojín es un suvenir que me trajo mi hermana de un viaje a Portugal y, además de ser maravillosa, combina a la perfección con la tela que cubre el sofá.
Y eso es lo que os quiero enseñar hoy: cómo hacer una funda de cojín sencillísima y super cómoda a la hora de lavarla.
Mi cojín es en realidad una almohada de IKEA (Rosenstjärna), pero este tutorial os servirá para cualquier tamaño de cojín. Únicamente tenéis que medir el cojín y cortar las telas añadiendo 6 centímetros al ancho y otros 6 centímetros al largo. La parte delantera es una sola pieza, pero la trasera son dos piezas que permiten introducir y extraer el cojín sin necesidad de cierres incómodos.
En este caso, como la almohada mide 50×60, las piezas de tela que necesité son las siguientes:
– 1 rectángulo horizontal de 58×68
– 1 rectángulo vertical de 58×35
– 1 rectángulo vertical de 58×55
Una vez que tenemos cortadas las piezas, lo primero que haremos será rematar uno de los lados largos en cada una de las piezas de la parte trasera. Estos lados son los que formarán la abertura por la que meteremos y sacaremos el cojín.
Para empezar a coser tenemos que enfrentar los reveses de las telas. Primero colocamos sobre la mesa la tela delantera y, sobre ella, situamos las dos piezas traseras, de manera que una se monte sobre la otra para que juntas tengan el mismo tamaño que la pieza delantera. Cosemos alrededor, a 1 centímetro del borde.
Damos la vuelta a la funda, quedando derecho con derecho, y volvemos a coser alrededor, esta vez a 2 centímetros del borde. Esto de coser por el derecho y luego repetir la misma costura por el revés se conoce como costura francesa y es genial para conseguir un buen acabado sin necesidad de tener remalladora. Perdemos un poquito más de tela en el proceso, pero merece la pena.
Volvemos a dar la vuelta y, ahora sí, ¡ya tenemos lista nuestra funda!
Reconozco que soy bastante maniática con el tema de lavar los textiles de la casa a menudo: fundas nórdicas, cortinas, manteles, alfombras, etc. Me gusta que las cosas huelan a fresquito, no lo puedo evitar. Como os he dicho, esta funda es perfecta para eso.
Y así es cómo se ve el sofá ahora mismo. Estaréis pensando «¿En serio era peor el antes?» porque, no nos vamos a engañar, esas paredes amarillas se matan con el rosa fuerte. Pero os juro que sí: era mucho peor.
Espero que el tutorial os resulte útil. Si no me he explicado bien en algún punto o tenéis dudas en algún paso, podéis escribirme. Lo cierto es que nunca había hecho una funda de cojín, pero es tan ridículamente fácil que me estoy planteando hacer un montón de fundas para mis almohadas usando telas de colores lisos que combinen con los estampados de las fundas nórdicas que tengo.
¿Mola o no mola mi cojín de cactus? ¿Creéis que me obsesionaré y empezaré a hacer fundas como una loca?