Por fin puedo enseñaros un collar que hice unas semanas atrás. Entre la falta de tiempo y los días grises que hemos tenido últimamente, no encontraba el momento de fotografiarlo, pero este sábado el sol asomó un poquito y aproveché para sacarle unas cuantas fotos.
Llevaba meses pensando en hacer collares de este estilo, pero lo iba dejando pasar (como tantas otras ideas que tengo en la cabeza y que no salen adelante por falta de tiempo). La idea que tenía para este collar era una maravilla: toda la base de fieltro cubierta con bordados dibujando formas geométricas. ¿Qué pasó? Que al ser un primer intento no salió como esperaba: mucho hueco sin bordar, poca simetría… Y lo guardé, sin poner muchas esperanzas en él. El caso es que hace unos días volví a verlo y, sin compararlo ya con la idea que tenía en mente antes de hacerlo, no me pareció tan terrible. No es lo que tenía pensado hacer en un principio, y el resultado es muy mejorable, pero también tiene su aquel. Así que os lo enseño, aunque en las fotografías no luce nada:
La pieza que cuelga mide aproximadamente 9’5 cm. de ancho y 5 cm. de alto. Es muy ligerito y posa bastante bien sobre la ropa, por lo que no se tambalea.
Desde el primer momento tuve clara la forma que debía tener la pieza que cuelga: un semicírculo, que me parece muy favorecedora. ¿Opináis lo mismo?
¿A vosotros también se os está dando por los tonos mostaza este otoño?