¡Me siento infinitamente afortunada por recibir aquí a las personas que están detrás de mis blogs favoritos! Hoy es el turno de Elena, de Melituca, que nos hablará de fotografía y de esta estación maravillosa que tanto nos gusta a ambas. Estoy deseando poner en práctica todos sus consejos, a ver si me quito de encima el bloqueo en Instagram, así que no me enrollo más y le doy paso. Todas las fotos que ilustran el post, incluida la de portada, son suyas.
Desde que, allá por 2014, cambié mi vieja cámara compacta por una réflex, no he dejado de aprender y experimentar con la fotografía. Concretamente, me encanta la fotografía callejera… y creo que el otoño es la estación ideal para lanzarse a recorrer la ciudad con ojos de turista y cámara —¡o smartphone!— en mano. El clima suave, los colores cálidos y las aceras atiborradas de hojas secas hacen de las calles el escenario perfecto para atesorar recuerdos en forma de imágenes.
En este post —gracias a Tania por abrirme tan amablemente la puerta a su blog, ¡me hace muchísima ilusión!—, quiero compartir contigo algunos consejos para que, con tu cámara o móvil, puedas sacarle partido a esta estación tan bonita. ¡Comenzamos!
PASEA POR LA NATURALEZA
Los parques y jardines botánicos son explosiones de otoño al margen del bullicio y el ajetreo de la ciudad. Con la cámara de tu teléfono móvil o con un objetivo gran angular en la réflex, podrás fotografiar paisajes otoñales que capten la esencia de estos meses.
Si el día está soleado, acércate a las ramas bajas de los árboles y enfoca las hojas anaranjadas. Juega con la luz directa que se filtra a través de ellas para dar al fondo de la fotografía un efecto bokeh. El bokeh es más fácil de lograr si utilizas una profundidad de campo pequeña en el modo manual de tu cámara, pero hoy en día los móviles modernos también permiten crear desenfoques interesantes (prueba a fotografiar en «modo retrato» y verás como el móvil enfoca el primer plano y desenfoca el fondo).
MIRA HACIA ARRIBA… Y HACIA ABAJO
En octubre y noviembre, el otoño vive en las hojas secas de los árboles que todavía penden de las ramas. Presta atención a los gorriones, palomas y demás aves que descansan en las alturas. Con un poco de zoom podrás acercarte a los pájaros sin asustarlos y tendrás una bonita postal. Las farolas, azoteas o buzones son otra alternativa para captar la esencia del otoño en la ciudad, ¡y aquí no tendrás que temer que salgan volando!
En diciembre, el otoño pasa del cielo al suelo; los árboles se quedan desnudos y las aceras crujen. Aprovecha esta epidemia de hojas para centrar la atención de tu cámara en el suelo.
SACA PARTIDO DE LA «HORA DORADA»
Los atardeceres de otoño son mágicos. Piensa en un lugar cercano que te parezca atractivo (puede ser un parque, la ribera del río, la playa, las vistas desde tu terraza,…) y acércate allí poco antes de la puesta de sol. Si durante el día el cielo ha estado salpicado de nubes, seguramente el atardecer será más bonito que si el cielo ha estado totalmente despejado o totalmente cubierto.
Además, cuando el sol está bajo (justo antes de que empiece a ocultarse o cuando acaba de salir) las sombras se alargan, lo que puede dar a tus fotos un toque de melancolía precioso.
APROVECHA LA LUZ SUAVE DE LOS DÍAS NUBLADOS Y LA SENSACIÓN TENEBROSA QUE PRODUCE LA NIEBLA
Cuando el cielo está cubierto la luz se suaviza. Las nubes tamizan la luz solar y, en consecuencia, los objetos apenas producen sombras. Las fotografías que tomes con esta luz tendrán colores más apastelados y en el espectador producirán sensación de calma y tranquilidad.
REDESCUBRE LOS DÍAS DE LLUVIA (DENTRO Y FUERA DE CASA)
En otoño siempre hay alguna que otra tormenta. Observa la tempestad desde el calor de tu hogar, fotografía la lluvia desde dentro… y, una vez haya amainado, sal a la calle para envolverte de la calma dejada por la tormenta. Las calles mojadas, los charcos y las hojas secas pegadas a los bancos te darán estampas preciosas si recorres la ciudad con mirada curiosa.
NO TE CENTRES ÚNICAMENTE EN EL PAISAJE Y BUSCA TAMBIÉN EL ELEMENTO HUMANO
Puedes hacer retratos de tu familia, de tus amigos, de tu perrete,… o puedes dejar que gente desconocida se cuele en tus paisajes. Verás que la foto adquiere otra vida; el parque o camino que estés fotografiando dejará de verse solitario y la imagen adquirirá un significado totalmente diferente.
Esta foto la tomé hace un par de años en El Retiro. Es una foto apenas planificada, me dejé llevar simplemente por el momento y, casi sin querer, se convirtió en una de mis fotografías favoritas. La fuente del Ángel Caído al fondo y los árboles otoñalísimos no se verían así de bonitos si no fuera por ese turista que, medio perdido, estudia un mapa del parque.
EL OTOÑO TAMBIÉN ES LO QUE PASA DENTRO
Los churros con chocolate, las cafeterías con encanto, el momento casero de sofá, peli y manta, las velas encendidas al atardecer,… también son otoño. ¡No te olvides de capturar estos momentos!
Por último —pero no menos importante—, una vez tengamos nuestro móvil o cámara repleto de fotografías otoñales… ¡es el momento de editar las imágenes para volverlas todavía más bonitas! Si utilizas tu teléfono, existen tropecientas apps gratuitas que ofrecen resultados maravillosos. Mis favoritas son Snapseed y Lightroom (sobre la edición en Lightroom escribí una entrada en mi blog que puedes leer aquí).
A la hora de editar lo mejor es dejarse llevar. En otoño, las imágenes suelen tirar más a colores cálidos que a fríos, pero no hace falta que te ates a las reglas. Muchas veces, las mejores fotografías son aquellas que rompen las normas. Experimenta, prueba, mueve ajustes de color y de niveles hasta que la fotografía quede a tu gusto… y, sobre todo, ¡no dejes de disfrutar a lo largo de todo el proceso!