Cada vez que diseño una agenda —con esta ya van cinco—, pienso «Qué maravilla, qué simplicidad» y me parece que para el año siguiente no podré hacerla más escueta ni más práctica. Pero siempre me equivoco, un año tras otro.
Esta vez me he cargado todas las secciones (lecturas, notas, cuentas, contraseñas, etc.) y he mantenido lo estrictamente imprescindible. Quiero que sea útil, práctica, que nos ayude a ir al grano, sin distraernos con dibujos cuquis, frases inspiradoras o pegatinas. Llamadme sosa, pero yo la agenda la quiero para organizarme, no para morir de amor con ella.
No la tengo impresa todavía. Es más, puede que finalmente no la imprima y acabe utilizando un cuaderno de los muchos que tengo sin estrenar, con la intención de ir dándoles salida. Pero podéis verla —y descargarla— al completo en PDF desde este enlace.
Veréis que al final de cada día hay un recuadro verdoso. Lo puse ahí pensando en escribir cosas que no son quehaceres como tal, sino anotaciones tipo cumpleaños, horarios de trabajo, etc. Espero que os resulte útil y, si no es así, al menos el color le da un toque bonito.
Como cada año, si tenéis algún problema descargando la agenda desde este post, no dudéis en pedírmela por correo electrónico (petiteblasa@gmail.com) y yo os enviaré el archivo encantada.
¿Qué opináis de las agendas simples? ¿Qué tipo de agendas es vuestro favorito? ¿Ya tenéis fichada la de 2018?