¿Creíais que las medallas se habían acabado con los Juegos Olímpicos? Pues no 🙂
Hace un par de años, cuando cumplí 20, decidí hacerme una medalla de fieltro bien grande en formato broche para lucir el día de mi cumple.
Esta vez es mi madre la que se ha llevado una medalla por alcanzar una edad significativa: 50 años. La suya es más pequeña que la mía, aunque igual de poco discreta:
Su cumpleaños fue ayer y, aunque no se atrevió a lucir la medalla, le hizo gracia.
¿Vosotros también os hacéis algún homenaje de este tipo de vez en cuando?
¡Hasta otra!