Como os prometí hace unos días en Twitter, aquí tenéis la receta de la tarta de queso y melocotón que hice para darme una alegría este fin de semana. Es fácil de hacer y el resultado es como muy fresquito, que igual en invierno no apetece mucho, pero por aquí todavía aprieta un poco el calor 😉
Para este tipo de postres lo mejor es un molde desmoldable. Para hacer una tarta de unos 23 cm de diámetro y del grosor que veis en la fotografía de arriba, necesitaréis estos ingredientes:
Os cuento:
– Un tubo de galletas maría
– 100 g de mantequilla
– 400 ml de nata para montar
– 300 g de queso de untar
– 150 g de azúcar
– 1 lata pequeña (unos 420 g netos) de melocotones en almíbar
– 1 sobre de gelatina
– 350 g de mermelada de melocotón
Lo primero que hay que hacer es la base de la tarta: se trituran las galletas, se derrite la mantequilla y, con ayuda de una cuchara metálica, se mezclan ambos ingredientes y se presiona la pasta sobre la base del molde hasta que quede compacta.
Para la capa central de la tarta, el primer paso es montar la nata sin que llegue a subir del todo, añadirle el queso y el azúcar, y remover como si no hubiese un mañana hasta que los tres ingredientes se hayan mezclado perfectamente. Esta mezcla se deja reposar en el frigorífico mientras se sigue haciendo el resto de la tarta.
En un cazo, se vierte el contenido de la lata de melocotones (almíbar incluido), se tritura con ayuda de la batidora y se pone al fuego. Cuando se haya calentado, se retira el cazo del fuego y se le añade la gelatina, sin dejar de remover hasta que se disuelva por completo. Se deja templar.
Se mezclan los melocotones triturados con lo que estaba reposando en el frigorífico, removiendo con suavidad. Se vierte la mezcla en el molde y se deja reposar en el frigorífico durante unas tres horas, hasta que cuaje.
¡Y ya está hecha la tarta!
¿La habéis hecho alguna vez? Os animo a probarla, porque es algo un poco más original que la típica que lleva mermelada de fresa por encima. Si lo intentáis, contadme 😀