Como sabéis, este verano retomé mi afición por el correo tradicional. Aunque las cartas que escribía de pequeña iban acompañadas de dibujos, adivinanzas y otros extras, no eran exactamente como las que escribo ahora: lo que se conoce por snail...
Como sabéis, este verano retomé mi afición por el correo tradicional. Aunque las cartas que escribía de pequeña iban acompañadas de dibujos, adivinanzas y otros extras, no eran exactamente como las que escribo ahora: lo que se conoce por snail...