No sé por qué necesité tan pocas fotos para captar el paso a paso de esta carta que escribí hace unas semanas, pero igualmente he decidido enseñárosla.
Cuando me puse con ella sólo tenía una cosa clara: quería que tuviera mucho rojo, porque es uno de los colores favoritos de quien iba a recibirla. Después decidí darme una oportunidad a mí misma con las acuarelas, que se me dan fatal, y dibujé unas flores en el sobre y en la primera hoja de la carta. El papel, de color anaranjado y con estampado cuadriculado, son algunas hojas de un viejo diario apenas escrito que desmonté hace unos meses.
Incluí una tarjetita con mail tags, en la que estampé el título con los sellos del alfabeto, que me encantan pero no suelo usar porque me da pereza escoger —y sobre todo limpiar— las letras una a una. Añadí dos trozos de papel y dos buenos pedazos de washi tape, una idea que encuentro genial porque me ayuda a terminar los míos (¡nunca he agotado un rollo!) y amplía la colección de quien los recibe.
Como siempre, aseguré el sobre con washi tape, ¡y listo!
¿Os gustan los sobres decorados con acuarelas? ¿Qué os parece la idea de enviar washi tape? ¿Os basáis en los colores favoritos de vuestros amigos por correspondencia cuando les escribís cartas?