Uno de mis propósitos de este año, aunque pueda sonar raro, es hacer muchos postres. Porque lo cierto es que me encanta idear las recetas, modificarlas hasta que el resultado es justo el que busco, ponerlas en práctica y… ¡Claro, comer! Aunque también comparto con mi familia, mis amigos y mis compañeros de trabajo.
El primer postre que he hecho este año son estos muffins de arándanos que os enseñaré a hacer hoy. Muy sencillos y muy ricos, algo un poco distinto de las clásicas magdalenas de toda la vida. Además, quedan super bonitos, lo que los hace perfectos para servirlos en una comida con más gente y quedar como unos auténticos cocinitas.
Las medidas que os doy son perfectas para hacer 12 unidades de tamaño medio.
Lo primero que haremos será preparar el crumble con el que cubriremos los muffins. Es una especie de capita crujiente y dulce que no cuesta nada hacer y le da un toque especial que merece la pena. Los ingredientes para el crumble son estos tres:
La mantequilla debe estar fría de la nevera. Antes de empezar a hacer los muffins, dejamos lista esta cobertura. La preparación del crumble es lo más sencillo del mundo. Sólo tenemos que poner en el vaso de la picadora la mantequilla cortada en dados, el azúcar y los copos de avena. Picamos un poquito, suavemente, hasta que la mezcla se convierta en una especie de migas, como veis en la foto.
Ahora sí, podemos pasar a hacer la masa principal. Estos son los ingredientes para los muffins:
Por si os lo preguntáis, no hay un error en las unidades. Es sólo que no tengo vaso medidor (utilizo la báscula para todo) y mido los líquidos también en gramos.
La preparación de los muffins es bastante sencilla. Basta con tener un poco de maña y todo irá sobre ruedas.
Empezaremos precalentando el horno a 180ºC.
En un bol mezclamos el aceite con el azúcar y los huevos, batiendo bien con un tenedor o unas varillas. Tamizamos la harina con el Royal y los agregamos a la mezcla anterior, poco a poco. En este punto, veréis que la masa está muy densa; es normal. Para solucionar esto, incorporamos la leche poquito a poco y removemos despacio para aligerar la masa. No paramos hasta que veamos que está todo perfectamente ligado. Por último, añadimos los arándanos y damos un par de vueltas suaves para que se integren con la masa.
Ponemos las cápsulas en un molde para horno especial para magdalenas.
Vertemos un poco de masa en cada cápsula, echamos un chorrito de sirope y completamos con más masa, llenando las cápsulas hasta el borde del molde de metal.
Cuando hemos terminado con la masa, espolvoreamos el crumble. Veis que yo le eché poquito, pero creo que habrían quedado incluso mejores si se me hubiese ido más la mano en este paso.
Ya sólo falta hornear nuestros muffins a 180ºC durante unos 25 minutos. Sabéis que cada horno es un mundo y lo mejor es que vayáis vigilando cómo evoluciona la masa.
Para mi gusto, el resultado está buenísimo y, además, ¡es super bonito! Como llevan sirope en el interior, y lo más probable es que no hayamos echado justo la misma cantidad en cada muffin, algunos escupirán y otros no. Y a mí me flipa esa irregularidad.
¿Qué me decís? ¿Los probaréis? Yo ya estoy pensando en aplicar ese crumble a otra cosita… ¡A ver si me sale!