Sigo probando cosas nuevas cuando escribo mis cartas, ¡me da la sensación de que no llegaré jamás a tachar todos los ítems de mi lista imaginaria de ideas para intentar! Hoy os enseño una carta en tonos azules y amarillos.
Esta vez, como muchas otras veces, escribí en folios blancos normales sobre los que imprimí líneas de puntos en color gris. No sé si os parece muy estético, pero la triste realidad es que no sé escribir en línea recta sin una guía, así que este método es al final lo que deja mis cartas más bonitas. ¿Algún consejo al respecto?
Para contestar el tag, que era literario, usé cartoncito del que acompaña los paquetes de folios, tapándole la parte estampado con papel rosa. Lo metí todo en un sobre pequeñito hecho por mí, que luego decoré.
Además de la carta y el tag, añadí una postal, unas pegatinas con forma de sello y una página de sudokus. No sé si lo sabéis, pero me encantan los pasatiempos, ¡puedo echarme horas con uno de esos fascículos que venden en los quioscos!
Y así es cómo decoré el sobre. Me hizo un montón de gracia esta telefonista antigua, que parece que está pinchando en una rave, ¡y no me pude resistir!
Este verano estuve haciendo limpieza en el trastero, encontré libros viejos de instituto y, antes de tirarlos, recorté todas las fotos e ilustraciones a las que les vi potencial. También se pueden sacar recortes chulísimos de revistas, pero en mi casa no solemos leerlas.
¿Os gustan los sobres de colores o preferís los de papel kraft? ¿Qué os parecen los recortes?