La carta que os enseño hoy no me acaba de convencer, puede que por la falta de colorido, pero igualmente me apetece que la veáis por si os puede dar alguna idea nueva, ¡que al final es de lo que se trata!
Para escribir utilicé un papel super sencillo: folios blancos sobre los que imprimí líneas grises.
Para responder a los mail tags utilicé cartulina blanca. El lazo no se ha colado; es que mi amiga por correspondencia me propuso que le enviara algo hecho a mano y se me ocurrió enviarle un broche con forma de lazo. Como las tarjetitas se veían muy blancas, las decoré por la parte trasera con pedazos de washi tape.
He descubierto que me encanta compartir recetas por correo —¿puedo ser más señora y más antigua?—, así que incluí la de mi bizcocho favorito: un plum cake de nueces.
Como sé que a mi amiga le flipan las pegatinas, quise enviarle unas cuantas con forma de sello y cargadas de mensajes alegres.
Para decorar el sobre pegué un dibujo de un elefante, muy en mi línea, un par de pegatinas con forma de sello y un sello de verdad (sólo superado en horrendez por las pegatinas que colocan ahora en Correos). Además, sobre la dirección de destino estampé un sello que La fábrica de secretos hizo especialmente para mí.
Sosillo, ya lo sé, pero el elefantito compensa un poco, ¿no? 🙂