Llevo un montón de tiempo sin enseñaros el correo bonito que recibo de vez en cuando, ¡así que vamos a ponerle remedio ahora mismo!
Recibí una carta de parte de Maripi, desde Albacete, llena de buenísimas noticias y recuerdos. Me encanta que mis amigas por correspondencia se acuerden de mí cuando viajan y luego me envíen postales, ¡qué gesto tan simple y tan bonito al mismo tiempo!
Desde Filipinas recibí una de las maravillosas cartas de Kat, que siempre incluye algunas tarjetas de una marca de papelería local que me tiene enamorada. Si os fijáis, en una de ellas viene la receta para cocinar el famoso adobo filipino: un guiso de carne aderezado con una salsa particular. Estoy deseando probarlo, a ver qué sale de ahí.
Hace unos meses le envié a Elena un libro que yo tenía y que a ella le apetecía leer. Es tan maja que me envió una tarjetita como agradecimiento y, atención, ¡un dibujo hecho por ella que soy yo! Con mi flequillo, mis medias de rejilla, mis botas, mis zapatillas de ballet… ¡No me digáis que no es amor!
Otra sorpresa totalmente inesperada fue la que me dio Ana cuando me envió un paquetito lleno de cosas de Murcia (sabe que quiero visitar la ciudad más pronto que tarde) y de Sevilla, además de regalitos y dibujos varios.
¡Ya veis que soy una afortunada! Ojalá tuviera tiempo para cartearme con cientos de personas, porque esto del snail mail es una de las aficiones más bonitas que hay.
¿Qué cosas bonitas habéis encontrado vosotros en el buzón últimamente?