DIY | Bolsa de tela con forro

Hacía muchísimo que no publicaba un DIY, a excepción de los posts en los que os enseño cómo decorar cartas, y lo cierto es que lo echaba de menos. ¡Así que aquí estoy!

Vengo con un tutorial en el que os explicaré cómo hacer una bolsa de tela con mil usos: guardar la merienda, llevar la ropa interior en los viajes, tener joyitas a buen recaudo… o, en mi caso, llevar las zapatillas de ballet a clase. Hasta ahora las llevaba en una bolsa de plástico de un establecimiento, porque cutre soy un rato, pero esta opción es mucho más eco-friendly y, por si fuera poco, mucho más bonita.

Hace unos años os enseñé a hacer una bolsita de tela similar, pero más sencilla. Esta versión está hecha de tal manera que, al fruncirla, se forma una especie de volantito de lo más adorable.



Para hacer este DIY sólo necesitamos cuatro cositas:
– Una tela para el exterior (un lino en color beige)
– Una tela para el forro (un algodón floreado, que en otro tiempo fue una blusa)
– Una cinta para el cierre (sacadas del packaging de unos calcetines)
– Máquina de coser, tijeras, imperdible y demás

No os voy a torturar con medidas exactas —ni siquiera yo misma las conozco—, sólo debemos tener en cuenta que necesitamos dos pedazos de cada tela y que los cuatro pedazos tienen que tener el mismo tamaño.

Lo primero que haremos será unir una de las piezas del exterior con una de las piezas del forro, por la parte del revés de las telas. Ese lado que cosemos es el que será la base de la bolsa; es decir, si se trata de un rectángulo, tenemos que coser uno de los lados cortos. Repetiremos con las otras dos piezas de tela.



Ahora tenemos que enfrentar ambas piezas, por la parte del derecho, asegurándonos de que las costuras que hicimos anteriormente encajan con exactitud. Lo más difícil de todo el tutorial tiene que ver con los huecos que hay que dejar sin coser en este paso. Uno de ellos lo tenemos que dejar en cualquiera de los tres lados donde se tocan las dos piezas de forro (a mí me gusta dejarlo en el lado corto).



Los otros dos huequitos que tenemos que dejar son aquellos por los que pasará la cinta. Se dejan en la tela del exterior, en ambos lados, y deben ser más o menos del mismo ancho que la cinta. Creo que lo vais a ver mejor en la siguiente imagen.



Ahora que tenemos todo el borde cosido, evitando esos tres huecos, damos la vuelta a la labor por el espacio que dejamos sin coser en el forro, que más tarde cerraremos a mano con puntada escondida.



Cerramos ese hueco del que hablábamos e introducimos el forro dentro de la tela exterior.



Ahora tenemos que crear una guía en la parte superior, de lado a lado, por la que pasaremos las cintas. Cuanto más cerca del borde superior esté la guía, más corto será el volantito que se forma al fruncir la bolsa. Luego meteremos la cinta por uno de los agujeritos laterales y, después de dar toda la vuelta, la volveremos a sacar por ese mismo agujero. Podemos rematar con un nudo o con unas cuantas puntadas, como he hecho yo. Ya sólo nos queda repetir el procedimiento con otra cinta, pero entrando y saliendo por el agujero opuesto.



¡Y ya tenemos nuestra bolsa lista para guardar cositas! Me parece taaaan cuca, que ahora tengo ganas de hacer docenas de ellas para guardarlo todo.



¿Cómo la veis? ¿Os gustan las bolsas de tela con volantito, o preferís las sencillas?

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