No puedo decir que lo haya clavado con las metas que me propuse para noviembre, pero hice lo que pude con lo que tenía. Y eso es lo máximo que podía hacer.
No vi las 20 películas que quería ver, pero sí unas 10, que tampoco está nada mal. La agenda sí puedo decir que la tengo diseñada al completo, lista para imprimir, fotografiar y subir a la tienda a un modiquísimo precio. Con las postales de Navidad estoy a medias: los sobres ya los tengo prácticamente decorados, pero todavía no he escrito los mensajes de las tarjetas.
Como no podía ser de otra manera, algunos de mis planes para diciembre están relacionados con las fiestas y el cambio de año.
En primer lugar, quiero poner el árbol de Navidad. Lo estoy posponiendo porque justo en la esquina donde lo coloco está el cableado de Internet y tiene que venir el técnico dentro de unos días.
Entre el confinamiento y la mascarilla, llevo unos meses con la cara abandonadísima: no me depilo, no me hidrato, no me aplico mascarillas, etc. Me gustaría adoptar una rutina de skincare germánica durante al menos un mes para testear los productos que he comprado últimamente y que están cogiendo polvo.
Alguna que otra vez he escrito cartas a mi yo del futuro para leerlas en una fecha determinada: cuando cumpla tantos años, al terminar tal año, al empezar este otro, etc. Nos encontramos en un escenario que nos ofrece una perspectiva curiosa del presente y del futuro, y es por eso que me apetece dejar preparados algunos escritos para mí misma.
Para acabar el año sintiendo que cierro etapas, quiero terminar de leer tres libros que tengo a medias. Ninguno de ellos me está entusiasmando y por eso me cuesta dedicarles tiempo, pero me gustaría terminarlos y quitármelos de encima.
¡Y esto es todo por hoy! ¿Qué cosas queréis dejar cerradas antes de que acabe el año? ¿Habéis puesto el árbol? ¿Dejáis mensajes a vuestro yo del futuro?