¡El post de hoy me hace muchísima ilusión! Una de las novedades que quería introducir esta temporada son los posts invitados y estoy muy contenta porque abro sección con una invitada de categoría. Dejo que sea ella quien se presente y nos cuente un montón de información interesante acerca de los beneficios de escribir a mano, o de escribir en general.
Quiero empezar dándole las gracias a Tania por haberme invitado a aparecer en su blog. Me hace especial ilusión, porque Tania sabe encontrar —y trasmitir— esa felicidad que se esconde en las cosas del día a día, tan normales que pueden ser tan extraordinarias, que son parte de la filosofía de Currently and Normal.
Una de esas pequeñas cosas con las que más, más, más disfruto es planificando tareas a golpe de papel y boli para organizar mi vida y encontrar hacks que me ayuden a ser más consciente en mi presente. De eso, de disfrutar de lo cotidiano de la vida y de alguna que otra cosa, me gusta hablar en mi blog.
No sé si lo he recalcado bien, pero el papel y boli tiene mucha importancia en toda esta historia. Desde que puedo recordar, siempre me ha gustado escribir. No por el hecho de contar historias, sino más bien por sentir el boli deslizándose sobre el papel y ver un folio en blanco convertido en un mar de letras (o, a veces, garabatos).
Crecí entre cartas de olores, postales de Navidad, libretas llenas de apuntes y pen friends para mejorar mi inglés. Puedo decir incluso que conservo una pen friend desde hace 20 años y que se cruzó medio mundo (literal) para venir a verme en un momento muy importante de mi vida.
Sin embargo, lo de coger un boli parecía que iba a pasar de moda con la llegada de los ordenadores y el despunte de los smartphones y tablets. Curiosamente, cuantas más opciones he tenido para digitalizar mi vida, más he tenido la necesidad de volver al origen. Y ojo, que no digo que haya que desterrar lo digital de nuestra vida; de hecho, he conseguido integrar el journaling en mi día a día gracias a la web de Perspectiva. Más bien creo que el tacto del papel y el agarrar un boli pueden aportar algo que no puede la tecnología.
«¿Y qué es eso que pueden aportar?», te estarás preguntando. A cada uno nos puede reportar una sensación distinta, pero ¿alguna vez te ha pasado que, cuando pones por escrito lo que te sucede, todo parece mucho más claro? Eso es porque, a la hora de escribir, se activan áreas del cerebro que no se involucran a la hora de hablar o de pensar (estudio). La escritura es una actividad compleja en la que intervienen procesos que controlan la comprensión —saber lo que me pasa, por ejemplo— y la producción del lenguaje. El resultado es que se crea un nivel de procesamiento más profundo (estudio).
Esto no sólo ocurre cuando escribes acerca de ti misma. ¿Estás estudiando un idioma nuevo? Tengo noticias para ti. Cuando comienzas a aprender un segundo idioma, primero adquieres lo que se conoce como conocimiento pasivo. Es como esa sensación de «No sabía que lo sabía»; como cuando eres capaz de oír algo y entiendes lo que significa, pero te quedas mudita y no sabes contestar (welcome to my life in liebe Deutchsland). El conocimiento activo es cuando no sólo entiendes lo que oyes sino que contestas y empiezas a entablar una conversación. Una manera estupenda de adquirir ese conocimiento activo es mediante la práctica: hablar, hablar, hablar… ¡y escribir! Sobre todo, escribir ensayos. Y además, escribirlos a mano parece ser que potencia y facilita este aprendizaje más que abriendo tu documento Word y dejándote llevar (estudio).
Pero no todo es aprender idiomas. Yo suelo leer varios artículos científicos a la semana. Cuando quiero tener una noción más clara de las conclusiones del artículo —o de alguna parte del mismo— saco mi libreta de notas, boli y a escribir. No sólo lo disfruto, también tengo la sensación de que los conceptos me quedan más claros. Según algunos estudios, esta «claridad» se debe a que el hecho de tomar notas no sólo es una actividad motora, sino que también activa regiones en el cerebro que operan procesos cognitivos centrales, como la integración, la inferencia, la planificación y la evaluación (estudio).
Aunque aquí tengo que serte sincera. Navegando un poco más entre literatura científica, parece ser que llevarte tu portátil a clase no es una mala idea en absoluto. Lo mismo sucede con conferencias online u otro tipo de charlas visuales. Esto es porque, de manera general, tecleamos más rápido de lo que escribimos y, por tanto, podemos recoger muchas más ideas de lo que vamos oyendo (estudio). Pero además, parece ser que escribir a máquina también activa las mismas áreas del cerebro que escribir a mano, aunque también otras específicas, que podrían ser responsables de un procesamiento diferente de la información (estudio). Aunque para tener conclusiones fiables tenemos que esperar un poco más de tiempo hasta que se publiquen estudios que lo evidencien (o lo refuten).
En este punto podrías decirme «Vale, sí, pero es que gastar tanto papel no es lo más conveniente para el medio ambiente». Y tienes toda la razón. Así que (creo) tengo buenas noticias para ti: un estudio piloto con estudiantes escolares ha puesto de manifiesto que el uso de eWriters permitió un mejor aprendizaje que tomando notas convencionales en papel o en ordenador.
Como has podido ver, ambos mundos tienen sus beneficios, pero lo que parece estar claro es que el arte de escribir va a seguir acompañándonos mucho tiempo, aunque sólo sea por el mero placer de entregarse a ese momento de relax. Pero si alguien te dice que es algo pasado de moda, ya tienes la batería de evidencia científica con la que argumentar sus beneficios.
¿Qué os ha parecido? ¿Erais conscientes de los beneficios de escribir a mano? A mí me encanta, ya lo sabéis. Me ayuda muchísimo a desahogarme; cuando algo me pesa lo suelto por escrito y de repente me siento más ligera. También me ayuda a memorizar; mi manera de chapar (algo que siempre se me ha dado fatal porque yo soy más de entender) cuando estudiaba era escribir una y otra vez el texto que tuviese que aprender de memoria. Contadnos cuáles son los beneficios que tiene para vosotras la escritura. Y no olvidéis visitar el blog de Carolina y seguirle la pista en Instagram.
Y a ti, Carolina, mil gracias por querer formar parte de esto y compartir con nosotras toda esta información.