RECETA | Batido de cheesecake

¡Hacía muchísimo tiempo que no publicaba una receta! Y es que, desde que me fui de casa de mis padres hace casi tres años, es como si no me hubiera vuelto a sentir del todo cómoda en las cocinas que he tenido. Por esto, no se me da por trastear para probar cosas nuevas.

Pero llegó el verano, el calor y una oferta en Lidl que aproveché para hacerme con una batidora, que hasta ese momento no tenía. He estado probando diferentes batidos durante las últimas semanas y, sin duda, mi favorito de todos es uno que me recuerda a la cheesecake de fresa. No sé si es del todo correcto llamarle batido de cheesecake porque es un invento de la menda, pero aceptamos barco como animal acuático.

Los ingredientes son bastante sencillos de encontrar en cualquier supermercado. Las cantidades las pongo un poco a ojo, pero aproximadamente son las siguientes, para una persona:
– ½ vaso de leche
– 1 cucharada colmada de queso mascarpone
– 1 cucharada rasa de mermelada de fresa
– 1 cucharada rasa de dulce de leche
– 3 galletas
– Varios cubitos de hielo

La leche puede ser de lo que queráis. Esta vez yo utilicé leche de arroz, pero he probado con otras, tanto vegetales como animales, y diría que no cambia el resultado. Lo mismo con las galletas, que de momento sólo he probado con las tostadas de toda la vida, pero con unas Lotus tiene que estar increíble.

La preparación no podría ser más fácil: volcar todos los ingredientes en el vaso de la batidora y batir hasta que se integren completamente.



¡Es tan fresco y está tan rico!

También es una bomba calórica, eso sí, de modo que es mejor reservarlo para ocasiones especiales en las que nos permitimos un aporte extra de energía.



Si lo probáis, quiero que me deis vuestra opinión para saber si realmente está tan bueno como me lo parece a mí o sólo es una de esas cerdadas que me gustan a mí.

Y si os molan las tartas de queso fresco, os recomiendo muy mucho esta otra que ideé hace unos años: cheesecake de melocotón. No es simplemente una tarta de queso normal con mermelada de melocotón por encima; también tiene otras variaciones que la hacen más ligera y esponjosa que la original. Porque reconozco que la normal, aunque está rica, a veces me cae como una piedra al estómago.

Nos vemos el jueves, con un post en el que os hablo de algo importante. Me gustaría que os pasaseis por aquí.

¡Buen provecho!

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