Nunca he sido de utilizar accesorios a la hora de tejer, supongo que porque siempre me he decantado por proyectos muy sencillitos. Sin embargo, cuando aprendí a tejer calcetines me di cuenta de que los marcadores de puntos se iban a convertir en un imprescindible.
Aunque tengo algunos, quería ampliar la colección, sobre todo porque me parece interesante contar con diferentes modelos y así poder codificar el trabajo a través de los distintos colores y estilos. Aprovechando que los hacía, saqué algunas fotos del proceso para ilustrar este post. Es la cosa más sencilla del mundo, pero espero al menos animaros a hacer vuestros propios marcadores.
Podemos optar por hacerlos sencillos, sin colgantes ni cosas extrañas. Necesitamos alicates, adhesivo de contacto, anillas y rocalla. Abrimos la anilla, introducimos la bolita, cerramos la anilla, echamos un pelín de pegamento en la unión, colocamos la bolita en esa posición y esperamos a que seque.
También podemos hacerlos con colgantes, que quizás sean un pelín más incómodos, pero también mucho más vistosos. En este caso sólo necesitamos alicates, anillas y charms. Abrimos la anilla, introducimos el colgante y cerramos la anilla. Es tan fácil que da vergüenza. Utilicé tanto charms metálicos como colgantes de arcilla polimérica hechos por mí. Las posibilidades son infinitas, aunque os recomiendo elegir formas redondeadas para evitar que se enganchen en la labor.
Creedme cuando os digo que en cinco minutejos hice quince marcadores: cinco con rocalla, cinco con colgantes dorados y cinco con figuritas del bosque (¡mis preferidos!).
Como veis, simplemente variando el tamaño de las anillas podemos hacer marcadores para cualquier grosor de aguja. Además, con un poco de maña podemos moldear nuestras propias figuritas y tener los marcadores más originales del mundo (que, por cierto, pueden ir a juego con las agujas de tejer que os enseñé a decorar hace un tiempo).
Contadme, ¿cómo son vuestros marcadores favoritos?