DIY | Tapiz de pared con telar

¡Cuánto echaba de menos compartir tutoriales! Tutoriales que no fuesen truquitos, como el de los sobres. He andado corta de tiempo en los últimos meses, pero Marta me dio la excusa perfecta para buscar un rato libre y encontrarlo: nos propuso hacer un tapiz de los que cuelgan en la pared, y no me pude negar. No sé qué os parecen, pero a mí me tienen enamorada. Hacerlos es muy fácil —aunque laborioso— y entretenido, una de esas manualidades perfectas para disfrutar con niños, y ahora os voy a explicar el paso a paso.

MATERIALES
– Cartón + Cola blanca
– Regla + Rotulador
– Tijeras
– Cinta adhesiva
– Aguja lanera + Aguja de coser
– Hilos + Lanas + Tiras de tela
– Abalorios
– Palo

Lo primero que tenemos que hacer es preparar el telar.

Cortamos un pedazo de cartón grande (18 x 25 cm) y dos pequeños con forma de tira (18 x 2 cm). Pegamos cada una de las tiras con cola blanca, como en la imagen, y dejamos secar durante unos minutos colocando el telar debajo de un objeto pesado.

Cuando ya esté seco, marcamos los lados cortos del telar: cada 5 mm a lo largo de 14,5 cm (30 marcas). Luego hacemos un pequeño corte sobre cada marca.



Lo siguiente que tenemos que hacer es formar la urdimbre.

Pasamos el hilo por el primer corte de uno de los extremos, fijando el final del hilo en la parte trasera con un pedazo de cinta adhesiva, y lo llevamos hasta el primer corte del extremo opuesto. Al llegar ahí, rodeamos la pieza que queda entre corte y corte, y volvemos al otro extremo. Repetimos el proceso hasta haber pasado el hilo por todos los cortes y volvemos a fijar el final del hilo en la parte trasera.

Es muy importante que tensemos bien el hilo de la urdimbre para que el resultado final sea el mejor. Bueno, ¡y para poder tocar la guitarra un ratito antes de empezar a tejer!



Ya podemos empezar con la parte más guay. Enhebramos una aguja lanera con un pedazo largo de lana o hilo y lo pasamos entre los hilos que hemos colocado antes, dejando uno por encima, otro por debajo, uno por encima, otro por debajo… ¡Es divertido!

Repetimos tantas veces como queramos, con diferentes tipos de hebras, dejando colgar los extremos a los lados para poder esconderlos más tarde.

Es importante agolpar bien cada línea que hagamos contra las anteriores, para que el resultado quede tupido. Sin embargo, hay que tener cuidado de no tirar mucho del hilo al acabar una vuelta y empezar la siguiente, porque la labor podría deformarse.



También podemos tejer con tiras de tela. En este caso yo las arrugué y anudé los extremos, en lugar de esconderlos.



Cuando hayamos terminado de tejer, cortamos los hilos base, separamos la labor del telar, anudamos los hilos de dos en dos y los dejamos cortos.



Ahora tenemos que esconder todos los cabos sueltos que fuimos dejando mientras tejíamos. Es tan fácil como enhebrar la aguja con ellos e ir metiéndolos en la trama de nuestra labor. La parte trasera quedará hecha un lío, pero no pasa nada porque no se va a ver.



En vez de ponerle flecos o pompones al tapiz, como tenía pensado en un principio, decidí coserle unos cuantos colgantes de color dorado. Creo que le dan un toque gitanillo que le va al pelo. Al coserlos, los dejé un poco flojos para que se meneen al tocar el tapiz.



Nuestro tapiz ya está terminado. Sólo nos queda colocarle un palito y un cordel para poder colgarlo en la pared (enganchado a un clavo o pegado con un poco de washi tape).



¡Listo! He preparado muchos tutoriales para el blog, pero este es sin duda uno de mis favoritos, tanto por lo entretenido del proceso como por el resultado.

Lo mejor de todo es que esta es sólo una idea, ¡las posibilidades son infinitas! Podéis ver muchas más propuestas visitando este recopilatorio en el blog de Scarlata y el Señor Don Gato II.

Si os animáis a hacer vuestro propio tapiz, me encantará ver el resultado 🙂

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