Mis planes para abril

No os lo vais a creer porque no me lo creo ni yo, pero casi puedo decir que he conseguido completar todas las tareas que me había propuesto para el mes de marzo, ¡hurra!

He completado mis planes para febrero: leer La ridícula idea de no volver a verte y aprobar el examen teórico de conducir (¡y pasar el psicotécnico, que me daba más miedo que el test!). Me he dedicado algo de tiempo a mí misma tirada en cama sin más preocupación que leer —entre otros libros, Nubes de kétchup— lo que me ha servido también para descansar tras mis intentos de aprender a correr (esta vez con una amiga, que la vergüenza se pasa mejor en compañía). Me he quitado de encima la montañita de cartas que tenía que contestar, aunque ya vuelvo a tener un par de ellas a la espera de ser respondidas. Me he reencontrado con una amiga de la universidad a la que no veía desde hacía tiempo y le he preparado un kit para sobrevivir al cuarto de siglo a otra amiga que ha cumplido años. He participado en Let’s cook together con una hamburguesa especial y me he convertido en la loca que pasea junto al río en el Día Internacional de la Felicidad con una mochilita llena de cartas que va dejando por el camino para que la gente las encuentre.

Sólo hay una cosa que he hecho a medias: coser un brazalete para llevar el teléfono móvil mientras corro. Lo hice, una especie de funda con varias tiras elásticas, pero el resultado no me convencía y lo acabé tirando.

¡Ya veis que casi, casi lo he logrado!



El mes de abril va a ser creativo, o eso espero. Animada por el éxito que tuvo mi roscón de Reyes, quiero aprovechar lo poco que queda de Semana Santa para hacer mi primera rosca de Pascua. Durante las últimas semanas he ido gastando algunos de mis básicos para manualidades —bolígrafos, pegamentos, papeles—, así que necesito visitar una papelería como el comer. Uno de los proyectos que tengo en mente es construir un buzón para las cartas que tengo pendientes de contestar, una especie de cajita alargada y abierta. Hablando de cartas, este va a ser el mes en el que consiga hacerme con un buen puñado de sellos bonitos, de los que se venden en ningún lugar, nunca. También quiero montar un álbum de fotos de mi último viaje, hace ya tres años, para el que tengo los materiales pero no el tiempo. Pensando en esto del tiempo, me propongo dejar posts programados con más antelación, porque la sensación de no estar trabajando a contrarreloj es un auténtico gustazo. Entre otros títulos, este mes voy a leer Eleanor & Park, de Rainbow Rowell, que lo incluí en el kit que le hice a mi amiga y me lo ha prestado. Tengo ganas de ver Criando malvas, una serie de la que vi el capítulo piloto hace unos cuantos años en una cadena portuguesa y me gustó, pero no seguí con ella. No sé si es la crisis de los veinticinco, que están a la vuelta de la esquina, o es que el buen tiempo me pone jotera, pero me apetece salir de fiesta como cuando era joven. En esta misma línea, empiezo a ver una necesidad el crear una rutina de cremas con las que embadurnarme a diario y no sabéis la tremenda perezaca que me da, así que lo dejo por escrito para que me riñáis el mes que viene.

Si os digo la verdad, me parece que abril no va a ser mi mes, ¡pero por intentarlo que no quede!

¿Qué esperáis vosotros de este mes? ¿Algún plan suculento para las próximas semanas? Disfrutad del puente 🙂

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