RECETA | Cookies con pepitas de chocolate

¿Qué tal habéis empezado la semana? A mí se me está haciendo dura, así que he decidido que qué mejor y más insana manera de afrontarla que haciendo varias docenas de cookies que muy probablemente no lleguen a mañana.

Tenía la cámara de fotos a mano mientras las hacía, así que os dejo la receta, por si a alguien le interesa.

INGREDIENTES (45/50 galletas)
– 250 g de harina
– 1 cucharadita de bicarbonato sódico
– 1 huevo
– 150 g de mantequilla
– 125 g de azúcar blanco
– 125 g de azúcar moreno
– 1 cucharadita de esencia de vainilla
– 200 g de pepitas de chocolate



PREPARACIÓN

Precalentamos el horno a 175 ºC.

Mezclamos la harina y el bicarbonato en un recipiente, y reservamos.

En otro recipiente batimos el huevo. Añadimos la mantequilla previamente reblandecida y mezclamos. Agregamos el azúcar blanco y el azúcar moreno, y removemos hasta que quede homogéneo. Añadimos la esencia de vainilla y volvemos a mezclar. Añadimos poco a poco el contenido del primer recipiente, mezclando bien. Podemos hacerlo con las manos, si la masa se nos resiste.

Cuando la masa esté en su punto (lo sabremos), añadimos las pepitas de chocolate y seguimos amasando bien, ¡que no queremos que se nos escape ni una! En este punto, deberíamos tener algo como esto (o más pringoso, no pasa nada):



Tomamos pequeñas porciones de masa, las presionamos un poco para fijar las pepitas de chocolate y las ponemos en la bandeja del horno, dejando un espacio prudente entre galleta y galleta. Yo pongo dieciséis en cada hornada (cuatro por cuatro). No es necesario darles forma de galleta, porque una vez en el horno se van aplanando por sí solas. O eso se supone. Las mías no acaban de coger buena forma, ¡pero están super ricas igualmente!



Metemos la bandeja en el horno y esperamos unos minutos. No sé deciros exactamente cuántos, porque mi horno no calienta bien, pero unos 10 minutos deberían llegar. Es cuestión de echarle un ojo y listo.

Cuando las galletas ya estén horneadas, esperamos un poco a que se enfríen antes de quitarlas de la bandeja, porque podrían estar blandas y romperse.




Son feas y no tienen buena pinta, pero os aseguro que a mí me saben a gloria. Las como solas porque no soy muy de mojar cosas en la leche, pero seguro que mojadas en leche están estupendas.

¿Qué os ha parecido? ¿Sois aficionados a las cookies? A mí las compradas no me entusiasman, pero estas están de muerte. Si sabéis hacerlas pero seguís otra receta, compartidla por aquí, así aprendemos todos.

Bueno, me despido siendo consciente de que la próxima vez que nos leamos pesaré 5 kilos más. ¡Agur!

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