A menudo hablo de comida con mis amigas por correspondencia, ¡incluso nos pasamos recetillas! Así fue cómo una de ellas me contó que sus galletas favoritas del mundo mundial son las World Peace Cookies de Dorie Greenspan. Tenía que probarlas sí o sí, de modo que busqué la receta y las hice.
Nunca había elaborado unas galletas con una técnica tan curiosa. Se parte de una masa muy densa, a la que se le da forma de cilindro, se envuelve con film transparente y se deja reposar en el frigorífico durante unas horas. Pasado ese tiempo, el cilindro está duro como una piedra y es entonces cuando se desenvuelve y se corta en rodajas. Como quien corta salchichón, vaya. A partir de ahí, como cualquier galleta: unos minutos al horno y listo.
Me parecía complicadísimo, pero lo cierto es que es de lo más sencillo. No lleva más que un ratín preparar la masa y otro ratín cortarla y hornearla.
Para mí no hay nada como las cookies con pepitas de chocolate, pero estas salen buenas también. Eso sí, tiene que gustaros el chocolate porque son cacao puro.
Os animo a hacerlas, aunque sólo sea por lo curioso de la técnica. Si queréis intentarlo, esta es la receta que yo seguí. Pone que da para 36 galletas, pero a mí sólo me salieron 27.
¡Que aproveche!