10 planes para los días de bajona

Sé que no soy la única que de vez en cuando tiene días malos, incluso sin saber bien por qué. Sea cual sea el motivo, estar de bajón no mola nada. Aunque la autocompasión y las tarrinas de litro de helado son tentadoras, lo cierto es que muchas veces basta con echarle un poco de ganas para que el día mejore. Por eso he querido daros diez ideas para superar un mal día con éxito. ¡Se puede!



Salvo contadas excepciones, no me gusta maquillarme, ni peinarme, ni esmerarme con la ropa. Pero cuando tengo un mal día y todo —incluida yo— me parece feo, verme bonita por fuera me saca una sonrisa. Un pelo suelto sin nudos ni remolinos imposibles, un poco de corrector sobre las ojeras, un vestido especial…



Quien dice una peli, dice un capítulo de una de esas series que siempre consiguen que te tronches, pero lo que está claro es que en cuanto sueltas la primera carcajada ya no hay vuelta atrás.



Me encanta caminar, sobre todo cuando lo hago sin un rumbo fijo, sólo dejándome llevar, sin prisas. Si algo tengo claro es que después de un buen paseo todo se ve mucho más nítido y menos terrible. Sola o acompañada, con o sin mascota, por el campo o por la ciudad… eso ya es cosa tuya.



Aunque hay quien cree que es aburrido, a mí me parece que ordenar es una de las actividades más placenteras y satisfactorias que hay. Mientras estás ordenando, no piensas en otras cosas, lo cual es un puntazo cuando el día malo te lo ha causado un problema que ocupa toda tu mente. Además, si haces un buen trabajo, el resultado te hará sentir super bien contigo misma. Y, por si fuera poco, si además de ordenar haces limpieza de cosas que ya no necesitas, experimentarás una especie de catarsis sanísima.



No soporto tener un día pocho, darme una vuelta por las redes sociales y ver lo bien que le va a todo el mundo, o lo bien que ellos dicen que les va. A juzgar por lo que comparten, cada día están más guapos, viajan todo el tiempo, se lo pasan bomba cuando salen por ahí y comen platos deliciosos a diario. Mi consejo es pasar de Internet durante unas horas y dedicarse en cuerpo y alma al mundo real.



Si no quieres renunciar a Internet, entonces utilízalo para ver vídeos adorables, de los que te ponen el corazón blandito y te hacen creer de nuevo en el mundo y su belleza. A mí me pirran los de cachorros haciendo cosas de cachorros y los de las gemelas Olsen siendo terriblemente monas en Padres forzosos.



Si te pasa como a mí y te desahogas mejor por escrito que hablando en vivo y en directo, es muy probable que escribirle una carta a un amigo por correspondencia te ayude a mejorar tu mal día. Le cuentas qué te pasa, cómo te sientes… y para cuando terminas de escribir la carta, como por arte de magia, todo parece mucho menos malo.



También puedes escribir para ti misma, a modo de lista: cosas que quieres conseguir en un futuro próximo y que harán que tu vida cambie para mejor. Visitar esa ciudad con la que llevas años soñando, conseguir un trabajo, aprender a coser… pequeños placeres o grandes logros, cualquier cosa es válida. Eso sí, no olvides escribir también cuál es tu plan para conseguir hacer cada una de esas cosas. Sentirás que tu felicidad depende sólo de ti y todo se verá mejor.



Siempre he sido más de duchas que de baños, pero muy de vez en cuando me apetece ponerme a remojo en la bañera y olvidarme del mundo durante un buen rato, hasta que el agua empieza a estar fría. Es uno de esos placeres al alcance de cualquiera: no necesitas un jacuzzi de ensueño ni unas bombas de baño carísimas; con un poco de música relajante en el móvil y las luces apagadas es suficiente para desconectar y relajarte.



Debo reconocer que este es mi plan favorito cuando estoy de bajón; y cuando no, también. Sábanas limpias, nórdico amoroso, silencio… y al día siguiente ya todo se ve mejor. A veces es el cansancio el que te pone tristona, por lo que recargar pilas acaba teniendo un buen impacto en tu estado de ánimo.

Visto así, qué fácil es quitarse la bajona, ¿eh? Luego en la práctica cuesta más, pero con estas ideas seguro que se nos hace menos cuesta arriba. Yo misma pienso tomarme este post como chuleta para cuando esté baja de ánimos; vamos, para el próximo domingo 😉

¿Cómo sobrevives tú a los días malos? ¿Haces algo para arreglarlos o prefieres dejar que pasen sin más?

Fuentes de las imágenes: Michael Dorokhov, smilla4, Andrés Nieto Porras, Tom Kemp, Rubbermaid, Blake Patterson, Huffington Post, dreams & pancakes, Stacy Spensley, Ben Smith, emdot.

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