Armario cápsula

La primera vez que leí sobre armarios cápsula fue con un post de Tú a Madrid y yo a Barcelona, que me dejó con ganas de pensármelo en serio, pero al final se me pasó. Algunas semanas después leí otro post de Wasel Wasel y ya fue entonces cuando terminé de decidirme a dar el paso.

Para que nos situemos, digamos que un armario cápsula es una pequeña colección de prendas de ropa, combinables entre sí, que permiten elaborar conjuntos suficientes para poder vestir a diario sin dramas. La base de todo esto es el minimalismo, la huida de lo superfluo, la idea de que menos es más.

Me recuerda a cuando tengo que hacer la maleta antes de un viaje, pero apenas tengo espacio para unas pocas prendas. Entonces tengo que arreglármelas para que las cuatro cosas que puedo llevar me den juego suficiente y no parezca que me voy a pasar todo el viaje con la misma ropa un día tras otro.



Existen una serie de pautas a seguir a la hora de crear un armario cápsula —que podéis leer, por ejemplo, en este post de Un-Fancy—, pero creo que es importante adaptarlas a las necesidades de cada uno. Después de darle un par de vueltas, he decidido cuáles serán mis propias normas.

1. Modificaré el armario cápsula cada tres meses, con cada cambio de estación, pero en lugar de guiarme por las fechas exactas tomaré los meses enteros, de esta manera: enero-marzo, abril-junio, julio-septiembre, octubre-diciembre.

2. Escogeré, en la medida de lo posible, ropa que merezca la pena: válida para la estación correspondiente, de calidad, en buen estado, de mi talla, que me siente bien y que me resulte cómoda.

3. Sólo usaré treinta y cinco prendas, sin contar las que queden excluidas del cómputo. Si durante una estación algo nuevo entra, entonces algo viejo tiene que salir.

4. Las prendas excluidas del cómputo serán la ropa interior, los pijamas, la ropa de estar por casa, la ropa de deporte, la ropa para ocasiones especiales, la ropa de baño y los complementos.

5. Me basaré en tres colores a la hora de escoger la ropa: uno básico y dos complementarios. La idea es que luego pueda combinar todas las prendas entre sí, así que trataré de que sean más bien neutros.



En base a estas normas y a las etapas que normalmente sigo cuando ordeno mi cuarto, he decidido establecer algunos pasos para no volverme loca a la hora de escoger las treinta y cinco prendas que compondrán mi armario cápsula.

1. Haré un recuento de toda la ropa que tengo. Esto implica vaciar armarios y cualquier otro lugar donde pueda tener ropa guardada, aunque no sea la que utilizo habitualmente.

2. Haré limpieza de ropa, separándola en tres montones: para tirar, para donar y para devolver.

3. A partir de la ropa que haya superado esa primera criba, haré una selección de prendas que merezcan la pena.

4. Si esa selección no cubre la lista de prendas que necesito, tendré que ir de compras unos días antes de que empiece la nueva estación.

5. Apañaré un escondrijo donde guardar la ropa que no haya sido seleccionada.

Con todo esto, pretendo llegar a un punto en el que me sienta liberada: de comprar, de gastar, de darle importancia a cosas que no la tienen. ¡Son todo ventajas!

La semana que viene os hablaré de las prendas que he escogido para el armario cápsula de este verano. He diseñado una ficha para organizarme mejor, que os dejo aquí por si la queréis descargar y poneros las pilas.

¿Practicáis esto del armario cápsula? ¿Podríais vivir con sólo 35 prendas de ropa?

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