DIY | Caligrafía de mentira

Desde siempre, y sobre todo desde que escribo feo, me fijo mucho en la letra de los demás. Como buena amante de las tipografías, veo algo bonito en casi cualquier tipo de letra: las redonditas, las estiradas, las grandes, las pequeñas, las flojas, las enrevesadas…

Uno de los tipos de letra que más me encandilan es la caligrafía antigua, tan elegante y limpia. Hace un par de semanas os enseñé en Instagram mi primer intento de imitar ese estilo de escritura y más tarde os mostré un par de avances. Todavía hay algún detalle que quiero mejorar, pero el resultado es lo suficientemente aceptable para que me atreva a enseñaros el truco. Sí, tiene truco: no utilizo plumas especiales ni cosas raras, sólo es caligrafía de mentira, ¡pero da el pego!

Lo único que necesitamos para empezar es una regla, un lápiz, una goma y un bolígrafo de tinta líquida o de gel. Si no somos muy perfeccionistas o ya tenemos algo de práctica, con el bolígrafo bastará. Vamos con el paso a paso, ya veréis qué fácil es imitar este tipo de letra.

Lo primero que haremos será dibujar una pauta con el lápiz y la regla. Guiándonos por ella, esbozaremos la palabra que queremos caligrafiar, pudiendo borrar y volver a escribir cuantas veces queramos hasta que estemos contentos con el resultado. Después repasaremos el texto con bolígrafo y borraremos todo lo que esté dibujado a lápiz. Por último, y aquí viene el truco del millón, falsearemos los trazos típicos que forman las plumas especiales para caligrafía; esto es, básicamente, poner gorditas todas las líneas verticales de las letras. Además, a mí me gusta dibujar un circulito en los dos extremos de la palabra, pero eso no tenéis por qué hacerlo.



Esto que os he enseñado es la manera formalita de imitar caligrafía, pero lo cierto es que mi versión preferida es la que os muestro a continuación. Me olvido de las líneas rectas y de las proporciones, ¡y es entonces cuando empieza la diversión!



Por último, os enseño otra cosa que me gusta hacer y que le da un toque muy mono: dibujar puntitos y estrellitas alrededor del texto.



¡Y esto es todo! En realidad no tiene mucho misterio, sólo es cuestión de hacer un par de pruebas y coger soltura. Ya veis que yo ni siquiera tengo buen pulso, pero al final da el pego. Es una técnica que requiere paciencia, pero creo que merece mucho la pena dominarla para poder escribir algunas palabras sueltas sobre nuestras manualidades: la portada de una libreta, la dirección de una carta bonita, el texto de una ilustración… ¡Ya veréis que no querréis parar de practicar caligrafía! Os lo digo yo, que empecé por pasar el rato y ahora no puedo dejar de pensar cómo se verían escritas con caligrafía todas las palabras que veo por ahí. Qué bien me vino retomar el cuadernillo Rubio a los 22 años, de verdad.

¿Qué me decís? ¿Os convence este truco? ¿Cómo hacéis vosotros este tipo de letra?

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