Llevaba tiempo queriendo escribir un post de este estilo, con toda la intención de conseguir que os convirtáis en unos fanáticos del snail mail, ¡para qué os voy a engañar!
Os juro que he intentado enumerar todos los pros y contras de esta afición, pero es casi imposible encontrar cosas malas y al final se ha quedado la lista bastante descompensada, aunque para bien 🙂
Voy a empezar por las cosas feas, que son menos, y así de paso acabamos el post con buen sabor de boca. ¡Vamos allá!
1. GASTAS DINERO
Escribir una simple carta en un folio blanco, meterla en un sobre básico y enviarla a algún otro punto de España es super barato. El gasto importante se da cuando entras en la dinámica de cartearte con extranjeros, decorar tus cartas con materiales de lo más variopintos, incluir todo tipo de detallitos que además incrementan el peso del envío… Al final se nota en el bolsillo. Mi consejo es no tener una lista de penpals muy amplia e intentar tirar de los materiales que tengas en casa.
2. GASTAS ENERGÍA
De vez en cuando tienes que visitar la papelería para reponer materiales o dedicarte a la ardua tarea —al menos en España— de encontrar sellos bonitos. La carta en sí también requiere el esfuerzo de sentarte a escribir, intentar hacer buena letra, decorar el sobre y reunir regalitos que le puedan gustar a tu amigo por correspondencia. Y por si fuera poco, cuando hayas terminado tendrás que llevar la carta a una oficina de Correos o depositarla en un buzón.
3. TIENES MENOS TIEMPO PARA OTRAS ACTIVIDADES
No sé cuál es el tiempo que tarda de media una persona en preparar una sola carta, pero yo he llegado a perder una tarde entera. Es cierto que voy haciendo fotos durante el proceso, para luego enseñároslas, y eso me roba un poco más de tiempo; pero apuesto a que nadie tarda menos de una o dos horas por carta.
4. ESPERAS RESPUESTA DURANTE SEMANAS
Especialmente si eres uno de mis penpals. Porque sí, por muy genial que sea el correo tradicional, a veces el mundo moderno nos reclama y no sacamos tiempo para ponernos al día con las cartas. A mí este tema de la espera no me molesta, y de hecho entre mis penpals y yo el tiempo de respuesta ronda los dos meses, pero sé que algunas personas odian esperar más de un par de semanas a que les respondan.
5. ENVÍAS CARTAS QUE NUNCA LLEGAN
Vale, aquí me he pasado de dramática. Pero a veces sucede que las cartas se pierden, o son robadas, o vete tú a saber qué… y jamás llegan a su destino. Por suerte, no es lo habitual, pero ya os he dicho que he intentado recopilar todos los contras posibles.
1. HACES AMIGOS
Conocer a alguien mediante carta es muy diferente de conocerle en persona. En lugar de descubrir primero las cosas más superfluas e ir avanzando hacia lo más íntimo, el camino se hace al revés, de dentro hacia fuera. Por ejemplo, mis amigas por correspondencia no tienen ni idea de cuáles son mis gestos típicos, mis muletillas o mi manera de vestir, pero seguro que tienen una idea de cómo pienso mucho más fiel que algunas personas a las que veo a menudo pero con las que no tengo una relación demasiado cercana.
2. CONOCES OTROS LUGARES Y CULTURAS
Me encanta charlar con mis penpals extranjeras sobre este tipo de cosas: gastronomía, fiestas típicas, tradiciones, educación… Temas que difícilmente podría descubrir de primera mano sin moverme de casa.
3. PRACTICAS IDIOMAS
Una manera estupenda de practicar lenguas extranjeras es cartearse con nativos del lugar. No mejorarás tu speaking, pero seguro que aprendes un montón de expresiones nuevas. Es especialmente interesante para los que quieran mejorar en un idioma raro, para el que no resulte fácil encontrar recursos de aprendizaje.
4. DAS RIENDA SUELTA A TU CREATIVIDAD
Desde que escribo cartas he experimentado con unas cuantas técnicas que seguramente no habría probado de no ser por esas ganas de preparar correo bonito y, sobre todo, de intentar sacarle partido a los materiales más sencillos. El snail mail es la excusa perfecta para lanzarse a aprender caligrafía, collage, scrapbooking… Las posibilidades son infinitas.
5. TE DIVIERTES
Mediante el correo postal, además de jugar a cositas como el mail tag, se pueden organizar actividades tan chulas como intercambios temáticos, amigos invisibles, cuadernos viajeros, etc. Algunos están pensados para jugar en parejas, pero otros son ideales para jugar en grupo.
6. RECIBES REGALITOS
Me refiero, por una parte, a los detalles que se suelen incluir en las cartas: postales, fotos, bolsitas de té, etc. Pero también a la propia magia del correo tradicional, a ese momento de abrir el buzón y ver que hay un paquetito con tu nombre. Es como recibir regalos de no cumpleaños.
7. TIENES EXCUSA PARA COMPRAR PAPELERÍA BONITA
Cada vez que compro un rollo de washi tape, un bloc de papeles estampados, un paquete de pegatinas… pienso «Menos mal que escribo cartas». Seguro que os hacen los ojos chiribitas cuando veis postales o tarjetas bonitas, pero no las compráis porque no sabríais qué uso darles. Pues con esto del snail mail tendríais la excusa perfecta para haceros con ellas.
8. ENTRENAS TU PACIENCIA Y APRENDES A BAJAR EL RITMO
Aunque he puesto la espera en la lista de los contras, en cierto modo es también un punto a favor. Y es que no hay nada mejor que acostumbrarse al ritmo del correo tradicional para aprender a relajarse, a ser paciente, a no quererlo todo ya.
9. DEMUESTRAS QUE TE PREOCUPAS
Un mensaje en WhatsApp lo puede escribir cualquiera, pero sacar tiempo para preparar una carta no es algo que todos estén dispuestos a hacer. A mí me parece que el propio gesto dice mucho de una persona.
10. ATESORAS RECUERDOS PARA EL FUTURO
He perdido la cuenta de cuántas veces en los últimos diez años he cambiado de teléfono móvil y de ordenador, o cuántos perfiles en redes sociales he eliminado, o de cuántas cuentas de correo electrónico me he deshecho… perdiendo todos los mensajes. Sin embargo, sigo teniendo guardadas todas las cartas que he recibido a lo largo de mi vida, desde los años noventa. Y creedme cuando os digo que las sigo releyendo de vez en cuando.
¡Bueno, yo creo que está bien claro hacia qué lado se inclina la balanza!
Y ahora contadme… Si ya escribís cartas, ¿vuestra lista de pros y contras se parece en algo a la mía? Si todavía no os habéis lanzado, ¿he conseguido convenceros de cuantísimo mola? 😀